Durante la última década, al menos 40 han sido asesinados en relación con su trabajo. Foto: Archivo


Honduras es uno de los lugares más peligrosos del mundo para ser periodista. Durante la última década, al menos 40 han sido asesinados en relación con su trabajo, según un informe publicado por el Instituto Internacional de Prensa (IPI). Esta cifra convierte a Honduras en el segundo país más letal para un reportero, y más peligroso que algunas zonas de guerra.

Estos asesinatos son, según el IPI, el resultado de una combinación mortal: narcotráfico, autoritarismo, debilidad institucional y corrupción endémica. Los periodistas que investigan o informan críticamente sobre cualquiera de estos problemas se enfrentan habitualmente la amenaza de ataques, amenazas de muerte y asesinatos.

En 2019, cuatro periodistas hondureños probablemente fueron asesinados por hacer su trabajo. En marzo, el periodista y presentador Leonardo Gabriel Hernández, crítico del alcalde local y miembros regionales del Congreso, fue asesinado a tiros en Nacaome.

En agosto, el periodista televisivo Edgar Joel Aguilar fue asesinado a tiros dentro de una barbería en Copán. Tres meses después, el presentador de radio de 73 años Buenaventura Calderón, crítico del Gobierno, fue abatido a tiros frente a su casa en Puerto Lempira.

El asesinato más reciente se produjo el 25 de noviembre, cuando el periodista de televisión José Arita fue asesinado a tiros poco después de abandonar su oficina del Canal 12 en la ciudad de Puerto Cortés. El portavoz de seguridad hondureño, Jair Meza Barahona, interpretó que el asesinato probablemente estaba relacionado con su labor como periodista.